La mejor versión del Kun esta temporada desarboló a los de Lotina, incapaces de tapar la vía de agua por su banda izquierda. Por aquí llegó el primer gol después de que el «diez» rojiblanco, que arrancó por milímetros en fuera de juego, entrara como una flecha y dejara sentados a Seoane y Lopo. Estallido de júbilo que devolvió la alegría a unas gradas que tres minutos antes se lamentaban del fallo de Forlán en el lanzamiento de una pena máxima cometida por Aranzubía al derribar, como no, a Agüero.
La fortuna y el acierto que tuvo su compañero dio la espalda al uruguayo. El «cacha» estrelló en el poste un lanzamiento de falta y no acertó a marcar en una doble ocasión cuando el reloj señalaba ya la media hora de juego. Poco después una magnífica combinación entre Agüero y Raúl García permitía al delantero ampliar el marcador.
El planteamiento de los gallegos se vino abajo definitivamente con el 2-0. Con Lassad aislado en vanguardia, las llegadas ante De Gea fueron contadas y, sobre todo, inofensivas. A ello contribuyeron también los cambios de Quique en defensa y en la medular. Godín pagó los platos rotos de la «semana trágica» (derrotas ante Español, Aris y Levante) y el técnico reconstruyó el eje de su zaga con Domínguez, que formó junto a Perea. Pareja que, amparada por delante por el novedoso dúo Raúl García-Tiago, se mostró sólida.
Lotina renunció a su defensa de cinco y en el descanso dejó a Aythami en la caseta para reforzar la medular. No dio resultado. Esperpéntico en ataque, el Depor, que sólo transmitió sensación de (cierto) peligro a balón parado, terminó cogiendo el autobús de regreso sin probar al joven portero atlético. Y pudo ser peor porque, en el último minuto, el Kun desperdició el «hat-trick».
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