Lillo es el cuarto técnico que no acaba la temporada en Primera división. El primero en caer fue Antonio Álvarez, despedido tras la derrota del Sevilla ante el Hércules en la quinta jornada y reemplazado por Gregorio Manzano.
El portugués Jesualdo Ferreira fue el segundo cesado el pasado 2 de noviembre y el banquillo del Málaga lo ocupa ahora el chileno Manuel Pellegrini. Y el tercero en caer fue José Aurelio Gay, reemplazado al frente del Zaragoza por el mexicano Javier Aguirre.
El entrenador del Almería había manifestado minutos antes de conocerse la decisión que no se siente avergonzado por el resultado, porque las "cosas no se han hecho con mala intención".
El técnico vasco sí reconoció estar "triste" por lo abultado de la derrota "y más si es de local", y explicó que antes de la comparecencia ante los periodistas no había hablado con los dirigentes del Almería, porque llegó a la sala de prensa directamente del vestuario.
Sobre la posibilidad de que ésta fuera su última noche como entrenador del Almería, Lillo comentó que era posible, pero también que es algo que ha sentido "muchas veces antes", aunque puntualizó que se sentía "capacitado" para revertir la situación por la que atraviesa el conjunto andaluz, al subrayar que esta noche "sólo se ha perdido un partido".
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