Bien protegidos atrás, el conjunto visitante aguantaba a un Hércules que intentaba desperezarse y que llegó a quitarle el balón. Pero en una genial contra llevada por Mata y Joaquín, Pablo ponía el 0-2 en un Rico Pérez que enmudecía.
A partir de ahí parecía que iba a ser coser y cantar para los pupilos de Emeri, pero lejos de arredrarse el Hércules dio muestras de carácter y equipo bien armado asentándose cada vez más sobre el terreno de juego. Algo que tuvo su fruto al límite del fin del primer tiempo, cuando Navarro tocaba dentro del área chica un balón que Ramiro Domínguez castigaba con pena máxima. Trezeguet se encargó de alojar el balón en las mallas y dar aire a los suyos.
Empezaba la segunda parte con otro panorama para ambos. Pero aún cambiarían más las cosas. Una falta señalada en el centro del campo a Navarro le suponía además la segunda tarjeta amarilla. Quedaba el Valencia con diez y toda una mitad por jugar. El Hércules lo aprovechó para estirarse y rondar cada vez con más peligro la meta de un César inconmensurable. El guardameta sacó in extremis un cabezazo de Valdez tras un centro de un Drenthe totalmente desinhibido y participativo por su banda.
La lesión de Valdez obligó a Esteban Vigo a dar entrada a Portillo, que junto a Tote (que había sustituido a Tiago Gomes) intentaban conseguir el tanto del empate. Casi llegó en una jugada de Kiko Femenía por la derecha, pero a Trezeguet le faltaron dos números de bota para rematar.
Escudado atrás, el Valencia aguantó el tipo hasta el final con un Hércules volcado que, a pesar de perder, volvió a dar como en Barcelona, y ante un conjunto también de Champios, la sensación de ser algo más que un simple recién ascendido.
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