El Getafe trató de llevar el peso del partido en todo momento, apoderándose del balón y buscando los espacios en la defensa malacitana. El Málaga por su parte esperaba replegado atrás buscando la solidez defensiva que le había faltado en otros encuentros. Arriba la velocidad de Eliseu o Quincy suponían un quebradero de cabeza para la defensa local. Las mejores ocasiones eran andaluzas y el Getafe no era capaz de sostener el partido, se le empezaba a ir por todas partes.
Los goles de Rondón, tras superar en velocidad al ‘Cata’ Díaz, y Apoño de penalti ejecutaron al equipo de un Míchel que con los cambios consiguió que su equipo apretara algo los últimos 25 minutos, pero ni por esas los locales consiguieron poner en apuros a un Málaga que pudo golear y que consigue una victoria muy importante.
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