En el Sánchez Pizjuán, el inicio del partido sirvió para que ambos equipos se estudiasen mutuamente y tantearan sus opciones. El Deportivo pudo así controlar a un Sevilla que empezó a desatarse pasado el minuto 20. El arma sevillista fue su especialidad, el juego por bandas comandado por los artistas Jesús Navas y Perotti.
Pero no fue hasta la segunda mitad cuando el conjunto hispalense empezó a crear peligro de verdad. Negredo, que sí mostró una gran versión al respetable nervionense, aprovechó los continuos servicios de los extremos para intimidar a un Manu que se mostró muy seguro. El delantero vallecano llegó a estampar un balón en la madera gallega, pero el asedio del Sevilla a la portería del Deportivo no dio frutos y el Deportivo, que sólo inquietó a su rival en jugadas a balón parado, obtuvo un valioso punto del Sánchez Pizjuán.
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