Sin embargo, las primeras acciones de peligro llegaron por parte blanca, casi exclusivamente. Henry, activo en la banda izquierda. pero impreciso, sólo obligó a estirarse a Casillas para atajar sus centros rasos. En el otro extremo del campo, Valdés tuvo que lucirse para evitar un gol cantado de Cristiano Ronaldo y para salir rápido y despejar un balón al que llegaba sólo Kaká. Sin duda, el portugués y el brasileño fueron los mejores en el Madrid.
Por su parte, en el Barcelona estuvo fino el centro del campo, sobre todo Xavi y Busquets, pero la buena organización defensiva de los blancos dificultó el poder encontrar espacios y provocó que el Barça no estuviera cómodo sobre su propio campo. El Madrid, por contra, esperaba atrás para salir al contraataque liderado con claridad por Kaká y por el inquieto Ronaldo, muy libre en la zona de ataque.
Pero tras el descanso el partido tuvo un lavado de imagen con un claro protagonista: Zlatan Ibrahimovic. El sueco sustituyó a Henry y él sólo cambió el encuentro. Con él, el público animó más, sus compañeros se contagiaron de ello y en su primera acción de ataque, 'Ibracadabra' hizo magia, consiguió un gol que dejó tocado al Madrid.
El gol fue de aquellos que es más fácil fallar por creerse que el balón está dentro que meterlo realmente. Pero Ibrahimovic, a centro de Alves, puso fuerte el interior del pie izquierdo para fusilar a Casillas, vendido totalmente. Pintaba bien la cosa para los intereses blaugrana, pero unas manos inocentes de Busquets le llevaron, por doble amonestación, a los vestuarios.
Pese a la expulsión, el Barcelona no se desdibujó sobre el terreno y liderado por Puyol atrás y por todos arriba tuvo opciones de ampliar el marcador. La más clara una falta botada por Xavi que Piqué envió fuera por poco, en un buen remate, pero Ibrahimovic llegaba bien desde atrás y el catalán no le vio.
El Real Madrid se limitó a hacer lo mismo que en la primera parte, pero no tan bien. Vivió de contras, rápidas, pero no muy peligrosas como norma general, y cuando lo fueron Puyol cortó todos los balones. El capitán, súper motivado, lideró a la defensa y con la expulsión de Busquets tapó todavía más espacios.
Con la intención de cambiar esta dinámica y buscar el empate, Pellegrini arriesgó dando entrada a Raúl por el lateral Arbeloa. Marcelo se situó entonces en el carrilero izquierdo, con el capitán como enganche entre la delantera y el mediocentro blancos. Sin tiempo para ver el nuevo esquema blanco, Abidal, que nunca jamás ha marcado un gol en Liga como profesional, combinó en ataque y su disparo se perdió por poco, por muy poco.
El partido entró en una fase un poco loca donde apareció el mejor Barça, el de toque, y el mejor Casillas, que subió al cielo para sacar el segundo gol blaugrana. Alves centró por donde no había espacio para Messi y, éste, sólo ante Casillas, desaprovecha la ocasión de cerrar el partido por mérito del paradón del internacional español. Lass Diarra se autoexpulsó al entrar duro a Messi, y con las fuerzas equilibradas, el Barça intentó amarrar el balón hasta el final. Lo consiguió, y el Camp Nou celebró el 110 aniversario del club con una victoria contra el máximo rival.
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