Pudo marcar primero en un mano a mano ante Diego López tras un pase del argentino "Cata" Díaz que "cogió" la espalda a Gonzalo. En su primer intento, Güiza erró al elegir la vaselina para marcar. Su intento, acabó en catástrofe. No mucho después, en el minuto trece, pudo remediar su fallo anotando el primero de cabeza, pero, de nuevo, no acertó con su remate. El centro, de Pedro Ríos desde la derecha, acabó marchándose cerca del poste derecho de Diego López.
Fue el último intento del Getafe, que a partir de ese momento dejó de ser el único dueño del partido. El Villarreal tuvo sus arranques esporádicos y también fue capaz de asustar a sus rivales. Los encargados de hacerlo fueron Marcos Senna con un disparo lejano y el colombiano Cristian Zapata con un cabezazo ajustado al poste de Jordi Codina. Ahí se acabó todo el peligro de ambos contendientes en los primeros cuarenta y cinco minutos.
El aburrimiento continuó tras el paso de los vestuarios. Sólo Giuseppe Rossi fue capaz de poner algo de picante al resto del encuentro. El delantero italoamericano fue el único que tenía algo de chispa para desnivelar un marcador destinado al empate sin goles. Suyas fueron las grandes ocasiones que pudieron sellar un destino diferente para el Villarreal, pero el punto de mira no estaba afinado en el Coliseum.
De hecho, la vaselina de Güiza fue el único disparo entre los tres palos en los 90 minutos que duró el partido. Y, contagiado por esa tendencia, Rossi se acercó hasta en tres ocasiones al gol con tiros que salieron rozando los palos.
No hubo más historias en el partido de los desaciertos. El pitido final fue un alivio para los espectadores del Coliseum, que vieron como los dos equipos se marcharon como llegaron a la cita: sin despegar en la Liga.