A partir de ahí, el Almería tuvo más posesión, pero faltó de concretar en el último pase. Era, entonces, la ocasión de buscar la sorpresa desde fuera y Bernardello, en el 36, buscó la escuadra, pero Diego López se encargó de dejar en intento la última ocasión antes del descanso.
En la segunda parte, mereció más el Almería, que salió con más intensidad si cabe que en la primera. Nada más arrancar el partido, Bernardello se quedó con la «miel en los labios», lo mismo que Ulloa en el 50. Carlos García, en el 52, estrelló un balón en el larguero en la ocasión más clara de los rojiblancos durante el partido.
El partido fue de ida y vuelta, a partir de entonces, pero sin que las ocasiones llegaran. Sólo Musacchio, tras una falta botada por Borja Valero, en el 80, y Juanito, tras un córner que no blocó Diego López, pudieron cambiar el signo de un partido que con las tablas hizo justicia.
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