El conjunto maño, muy tocado tras este tanto, se estiró en busca de un empate que necesitaba como el respirar para seguir con opciones de permanencia en este tramo final de Liga, pero los donostiarras cerraron bien la conexión de su centro del campo con Ponzio y Uche.
El capitán Gabi metió emoción al encuentro con un gol de bandera en un lanzamiento directo de falta al que Bravo, perfecto hasta ese momento, no pudo llegar. En plena descomposición defensiva realista Ander Herrera perdonó el 1-2 con el cancerbero chileno superado.
Los últimos minutos fueron intensos porque un despiste de cualquiera de los dos podría significar una derrota que llevaba aparejada un sufrimiento extremo en las dos últimas jornadas de Liga y ambos conjuntos nadaron y se tentaron la ropa hasta que el veterano Aranburu logró el gol de la victoria celebrado como si sirviera para conseguir un título.
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