Goles Barcelona 3 - Ath Bilbao 0, vuelta final supercopa 2009

El FC Barcelona conquistó esta noche la Supercopa de España tras golear por 3-0 al Athletic Club de Bilbao en el partido de vuelta celebrado en el Camp Nou.
Tras una primera parte sin goles, los azulgranas, dominadores absolutos del choque y que ya se habían impuesto en San Mamés (1-2), encontraron el acierto en la segunda. Leo Messi, en una gran jugada personal y de penalti discutido, hizo los dos primeros tantos, y Bojan, el tercero.
Desde el primer momento, el Barcelona se mostró peligroso de cara a puerta, aunque no acertado. Llegaron las jugadas, pero no los goles, que se hicieron esperar hasta la segunda mitad. Alves, muy presente al inicio, combinó con Messi e Ibrahimovic y de sus respectivas botas llegaron las primeras acciones de peligro.
'Titi' Henry rozó el gol, tras servicio de falta de Xavi, pero su cabezazo se marchó por pocos centímetros a la derecha de la meta de Iraizoz. Acto seguido, el guardameta volvió a lucirse para desviar un disparo de Messi tras una buena jugada personal y vio aliviado como Xavi enviaba fuera un balón que, a pase de la muerte de Henry, parecía que se colaba dentro.
Por si la tripleta atacante -Messi, 'Ibra' y Henry-- no fuera suficiente, los interiores Keita y Touré Yaya quisieron sumarse al festín ofensivo blaugrana. El marfileño, emulando a su compañero Messi, se escapó de Etxebarria, pegado a la línea de fondo, pero la jugada no acabó bien para los intereses blaugranas.
Toda la insistencia de la primera mitad dio sus frutos en la segunda cuando una pared entre Ibrahimovic y Messi acabó en gol del argentino, quien hizo un diabólico cambio de velocidad y con su pierna 'mala', en un toque suave y preciso, superó a Iraizoz.
Con el conjunto vasco asediado, un discutido penalti sobre el 'Pulga', le valió a éste para hacer el 2-0.
Fue el momento de sustituir a Ibrahimovic por Bojan y el canterano respondió con eficacia. En una buena jugada blaugrana que cortó el joven Iturraspe, éste cometió un grave error al ceder el balón a su guardameta, sin mirar, hecho que aprovechó el de Linyola para hacerse con la pelota, quebrar al navarro y marcar a placer, acompañando la pelota hasta el fondo de la red.