Goles Real Sociedad 1 - Athletic 2

Salió mejor el conjunto rojiblanco, que repitió la alineación del choque del jueves y desplegó la vela europea para conseguir su primera victoria en Liga. Dos tantos del «9», que se impuso claramente a la marca de un horrible Demidov, neutralizaron el zapatazo de Iñigo Martínez desde 60 metros, en lo que será sin duda uno de los goles del campeonato.
Sin exhibir un gran juego, los de Bielsa supieron desactivar las bandas de la Real, que dormitó durante toda la primera parte, y se adelantaron con un gol marca de Llorente en el minuto 33. El delantero riojano recibió de De Marcos por la derecha y su gran reverso le bastó para deshacerse del noruego Demidov, empujando el balón hasta el fondo de la malla. La Real, sin presión ni creación y con Xabi Prieto y Antoine Griezmann diluidos, solo remató una vez entre los tres palos. Insuficiente bagaje impropio de un derbi de los de Montanier, que evitó la reacción del equipo retrasando los cambios para cuando el partido ya agonizaba.
Herida de muerte y sin patrón de juego definido, la Real clavó la reanudación del partido contra el Barcelona y salió a por todas, abonada los arreones orquestados por el corazón de un equipo nacido en la cantera. Paradojas de esta vida, fue un vizcaíno, Iñigo Martínez, quien enchufó a los donostiarras en el derbi con un "txitxarro" en seco desde su propio campo (60 metros), que se coló en las mallas de Iraizoz, sin tiempo para nada. Un regalo que llevó el delirio a las gradas y templó los ánimos de quienes reclamaban, con razón, dos penaltis en el área rojiblanca que el árbitro no vio: derribo a Martínez y mano de Gurpegui en un minuto.
Pero justo cuando el Athletic más acusaba el cansancio de ser equipo europeo y Bielsa se desgañitaba desde la banda pidiendo a sus hombres mayor intensidad, Llorente firmaba el segundo de la mañana -el tercero en su cuenta particular en esta Liga-. Otra vez el internacional español superó su marca y remató ante Bravo un centro al área de Aurtenetxe. Era el minuto 64 de un partido al que la Real, pese al aliento de Anoeta y la reaparición de Joseba Llorente, no volvió a engancharse.