Desde el primer minuto quedaron claros los planteamientos de uno y otro equipo. El Barça, que en Valencia se encontró con muchos problemas para desarrollar su juego habitual debido a la presión asfixiante de los de Emery, vio como el Atlético le dejó los espacios que necesitaba para hacer daño.
Y en esa situación, este equipo no desaprovecha concesiones. Pese a que la primera ocasión la tuvieron los `colchoneros¿ con un chut lejano de Tiago al travesaño, a los ocho minutos Villa desequilibró el partido. Un sensacional pase de Xavi que se tragó Perea fue aprovechado por el `Guaje¿ para batir a Courtois tras regatear a Miranda.
Era el principio de un festín cimentado en una posesión escandalosa y unas triangulaciones por las que bien valió pagar una entrada. Cuando el Atlético aún se estaba reponiendo del mazazo inicial, un chut de Messi que despejó el meta rojiblanco, rebotó en Miranda y entró en la portería. “2-0 y esto acaba de empezar”, debieron pensar los de Manzano recordando las últimas visitas al Camp Nou, de tan ingrato recuerdo para ellos.
Pese a que el dominio era aplastante y apenas había llegadas al área de Valdés, Guardiola no paraba de dar instrucciones a sus hombres. El de Santpedor busca la excelencia en todo momento y poco importó que lloviera a cántaros.
Cesc volvió a demostrar una perfecta sintonía con el resto de sus compañeros y Xavi se lo pasó en grande abriendo el juego. En una de esas acciones de ataque, Leo Messi, que hasta ese momento había pasado desapercibido, protagonizó una de sus diabluras. En décimas de segundo se internó en el área con un cambio de ritmo marca de la casa plantándose sólo ante Curtois para marcar el tercer gol de la noche que puso en pie a todo el Camp Nou.
Pese a que un espectacular primer tiempo hacía pensar que llegaría otra gran goleada, el ritmo del partido decayó en el segundo acto. El Barça siguió como dueño y señor del encuentro y Guardiola concedió sus primeros minutos en Liga al ya recuperado Piqué que sustituyí a Busquets.
El Camp Nou se dedicó a disfrutar del juego que exhibió el equipo y poco a poco las ocasiones volvieron a llegar. Villa pudo batir a Curtois en dos ocasiones más pero el que volvió a marcar fue el de siempre, el argentino y mejor jugador del mundo. Leo Messi quiso cerrar uno de los partidos más plácidos de la temporada con otros dos golazos de categoría que lo convirtieron en `pichichi¿ en solitario con ocho goles.
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