La historia del partido fue de esas que no le gustan nada a los entrenadores, pero que para el que paga una entrada puede ser absolutamente emocionante. No hubo control en el juego. Se rompió de inicio con las tácticas y se buscó en uno y otro bando la lucha frente a frente. El riesgo dio para que los porteros se luciesen y para que en el primer tiempo, en una jugada de excesiva pasividad defensiva amarilla, Pedro Ríos hiciese creer al conjunto madrileño.
Tampoco se alcanzó el equilibrio, la serenidad, la pizarra en el segundo tiempo. Al Geta se le fue acabando la gasolina, mientras el Villarreal le empataba con una pillería de Cazorla. Sacó rápido una falta, se la dio a Cani mientras los de Míchel andaban en otros menesteres y el maño puso tablas en el marcador. El Villarreal subió enteros y Marco Ruben se trabajó una jugada por banda que acabó con un centro al área donde Rossi esperaba con la cabeza preparada para meter el segundo y achuchar al Valencia. El Geta roza el infierno.
0 comentarios:
Publicar un comentario