Le entró la friolera a los donostiarras y el equipo de Michel pasó a ejercer un claro dominio, de forma que más cerca que el empate estuvo el segundo del Getafe, que pudo llegar en un lanzamiento directo de Albin. No había marcador simultáneo pero, por los transistores, al descanso los aficionados locales constataban que, si el Depor daba la vuelta al partido que perdía contra el Valencia y se mantenían el resto de resultados, los donostiarras se iban a Segunda División.
El Getafe se aprovechó de esta parálisis blanquiazul y dominó también la segunda parte porque el equipo donostiarra era un flan y estaba atenazado por la presión, lo que no aprovecharon los madrileños para dejar cerrado el encuentro ya que optaron por guardar la ropa en lugar de nadar y asumir un riesgo que era innecesario tal y como transcurría la jornada. La Real lograría finalmente el tanto del empate en una jugada calcada a la que les costó el gol del Getafe, con saque de falta, error defensivo colectivo y oportunista remate de Sutil.
Como el empate les valía a los dos se produjo una suerte de pacto tácito de no agresión y con fútbol en el centro del terreno de juego y cánticos en la grada ambos consiguieron el objetivo de seguir en Primera.
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