Goles F.C. Barcelona 5 - Shakhtar 1

Entre suspiros, al Barcelona le salió bien la noche ya que el resultado es magnífico, calmado el entorno y el preparador porque a Iniesta le dio por crear y cuando se pone es misión imposible frenarle. Genial en su primera aparición con un gol ilusionante, vio más allá para asistir a Alves y dejar la situación a punto de caramelo antes del descanso. Hubo que trabajar a fondo hasta el final, pero hay semifinales a la vista, empacho de clásicos en las próximas semanas.
Y eso es lo mejor del primer asalto, precioso porque hubo dos equipos con las mismas intenciones, mucho más pendientes y aseados en el área contraria que en la propia. En la salida efervescente del Shakhtar, tan volcánico que en treinta segundos pisó el territorio de Valdés, respondió el Barcelona y un rebote cayó en los pies de Iniesta, vía libre para llevarse el pulgar a la boca y hacer feliz a Valeria, su niña recién nacida. No marcaba desde Stamford Bridge, por lo que se entiende que se reserva para las grandes ocasiones y la de este miércoles lo era aunque el oponente, que se hace grande con los dólares de su propietario y se hincha con tanto elogio, no figure entre los clásicos de una competición que no perdona, reservada por costumbre a clubes reconocibles en la historia.
Uno de ellos es el Barcelona, a quien el madrugador tanto le jugó una mala pasada porque no se esperaba una reacción tan violenta del Shakhtar. Sin mirar atrás, puso en tantos aprietos a Valdés que la parroquia pasó un rato desagradable, histérica cuando Luiz Adriano cruzó demasiado su disparo en el mano a mano con el portero, aliviada al ver cómo el remate de William a puerta vacía después de un clamoroso error de Alves que obligó a Valdés a jugarse la pierna se perdió por un palmo. Un resoplido generalizado que daba la razón a Guardiola; el Shakhtar es bueno, pero no para tanto como para tumbar al conjunto azulgrana.
Messi despierta
Como no hay sorpresas en este Barça, incapaz de engañar a nadie, ya se sabe que cuando las cosas no van bien acude Messi con la manguera. El argentino, eléctrico, despertó a su gente y enlazó tres ocasiones consecutivas que nivelaron un intercambio de golpes que se prolongó hasta el intermedio.
Hubo menos del grupo ucraniano en la reanudación, a quien se le dio por muerto cuando Piqué, que está de moda, dio credibilidad al laboratorio de Guardiola. Con ese tercer gol, el Camp Nou se vino arriba y en el abrazo todos se acordaban del Madrid mientras Iniesta veía una amarilla que le borraba de la vuelta, otra buena noticia ante el aparente trámite. Pero nadie contaba con Rakitskiy, un central que se quedó sin su pareja Chygrynskiyporque su tobillo no llegó a tiempo, preciso para hacer bueno un centro de Srna desde la derecha. El Shakhtar cantó bingo porque volvía a la eliminatoria, pero cuando abrió los ojos ya se sentía fuera otra vez. Keita, el palo, que le negó la gloria a Luiz Adriano, y Xavi tienen la culpa de que lo de Donetsk sea menos tenso.