El francés metió la espuela en una falta botada por Xabi Alonso y certificó el primero, que soltó la melena del segundo clasificado en Liga. Acto seguido, Di María recibió un pase de Marcelo que le dejó solo en tres cuartos de campo. El argentino, con sangre fría, la llevó al fondo de las mallas pese al buen movimiento de Willy Caballero.
Era el 2-0 y toda posibilidad de reacción malagueña pasaba por un milagro o por un error del equipo entrenado por José Mourinho, que estuvo manso en el banquillo, igual que su predecesor en el cargo, que apenas movió el gesto de su cara según iban subiendo los goles al electrónico.
Fue entonces cuando Marcelo se sumó a la fiesta un minuto antes del descanso. El lateral brasileño fusiló la meta contraria y sentenció el partido. El Málaga solo lo intentaba por mediación de Fernando, con algún lanzamiento lejano, así como de Eliseu, el más activo de los de Martiricos.
Pero la segunda parte apagó cualquier reacción del Málaga y demostró la intención del Real Madrid de seguir incrementando su cuenta goleadora. A siete puntos del Barça, el equipo blanco quería consolarse --cuando menos-- por volver a reir y disfrutar del presente, sabedores que el futuro puede no ser halagüeño.
Pues a esto se dedicó Cristiano Ronaldo, quien se retiró lesionado cuando el Madrid no tenía cambios. El luso, que firmó un 'hat-trick', marcó el cuarto, el sexto y el séptimo, éste último tras un excelente pase de Sergio Canales, que este jueves recibió el indulto de su jefe Mourinho.
Benzema fue quien completó esta goleada y reivindicó nuevamente un sitio en la punta de ataque. Parece que la presencia de Adebayor ayuda a que el francés sea mejor y tenga menos complejo de cara a gol. Terminó el partido con 7-0 y los abrazos fueron presente en Chamartín. El futuro parece pintado de otro color.
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