Para completar unos cinco minutos iniciales explosivos, Nsué estrelló en el palo un balón que habría alimentado la esperanza local, definitivamente agotada cuando Ortiz sumó el tercero a la media hora. El alicantino controló un balón en el corazón del área, recortó a dos defensas y mandó el esférico a la escuadra. A modo de guinda, Piatti cerró su doblete justo antes del descanso con un potente disparo desde la frontal (0-4).
Tras el paso por vestuarios, el conjunto andaluz se relajó y dejó su suerte en manos de su portero, Esteban, que se mostró muy acertado hasta el ecuador de la segunda parte, cuando Cavenaghi marcó por raso y celebró con rabia. Sin nada que perder y contagiados por una grada que optó por ver el lado festivo del partido, los baleares se lanzaron al ataque y marcaron dos tantos sucesivos (min. 75 y 76) por medio de Pereira, de impecable latigazo, y de Cavenaghi, cuyo centro a la cabeza de «Chori» Castro se coló sin que nadie lo tocara.
Espoleado por tres goles en veinte minutos, el Mallorca tiró de amor propio y se lanzó a intentar marcar los otros tres que necesitaba para levantar la eliminatoria y, de paso, culminar una remontada sin precedentes para el cuadro balear.
Sin embargo, el Almería, con diez jugadores al final por la expulsión de Vargas, aguantó como pudo el chaparrón de ocasiones y selló su pase a cuartos, donde se medirá al Deportivo, que el miércoles eliminó al Córdoba.
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