Goles Osasuna 0 - F.C. Barcelona 3

Antes de que aflorase alguna duda a su equipo, Xavi, Iniesta y Busquets solicitaron la credencial. El balón empezó a navegar de una bota culé a otra, de Piqué a Busquets, de éste a Xavi, y así sucesivamente hasta que Messi intervino con el bisturí. Lo hizo pronto, en el minuto dos, y la pierna derecha de Villa no dio para más, solo frente a Ricardo.
El aviso desembocó en otra maniobra excelente. Busquets, en perpendicular para Messi, pequeño eslalon del argentino con la cabeza levantada y el balón cosido a su bota izquierda, y extraordinario pase a Pedro, que entró como una flecha para ajusticiar al indefenso Ricardo.
En menos de media hora, el Barça había expuesto que juega a otra cosa, que su afán por ganar por un avasallamiento dulce es la envidia de todo el planeta futbolístico, que nadie juega mejor que ellos. Fue un ejercicio de orfebrería hasta el final de la primera parte.
El Osasuna echaba espuma por la boca, todo presión y ronchas de piel por la hierba, pero el Barça había asumido el mando. Messi chutó al poste después de dos pases sucesivos de Villa a Pedro y de éste al argentino sobre un baldosín.
Nada cambió en la reanudación. Como en un documental histórico, el final es conocido aunque no así la trama. El Osasuna se empeñó en pelear con fe frente al destino. Lo hizo con una abnegación sin límite, pero delante tenía un equipo estelar. Antes de que subiesen las pulsaciones, el Barça sentenció. Una gran asistencia de Villa al espacio libre convocó una carrera de 40 metros entre Messi y Sergio que acabó en gol del argentino por aceleración y toque. Luego llegó el tercero, penalti de Messi, y no llegaron más porque Dios no lo quiso.