Goles Athletic de Bilbao 1 - Almería 0

Muy pronto pudo marcar el Athletic su primer tanto, ya que en el minuto 5 San José falló un penalti tan claro como innecesario de Juanma Ortiz a Gurpegui. Diego Alves demostró de nuevo su dominio de la jugada en la que el portero está más vendido. No tardó, no obstante, el equipo bilbaíno en adelantarse en el marcador. Lo hizo gracias, ¡como no!, a Llorente, que esta vez enganchó con una rara volea de cuchara un centro desde la derecha de Igor Martínez. El balón se coló junto al palo, pero Diego Alves no estuvo a la altura de su intervención anterior.
Aún sin ser un asedio sobre el área visitante, la primera mitad fue totalmente rojiblanca. Tanto es así, que fue el único equipo que llegó con peligro al área rival. En ella, Susaeta pudo poner el 2-0 en el minuto 19 con un tiro cruzado que se le fue por encima del larguero. También se le marchó arriba, por poco, a Koikili un lanzamiento desde la frontal en el 28; y a Llorente algo desviado un cabezazo a un centro muy alto en el 41.
Llegando el descanso, en el minuto 45, llegó una de las muchas jugadas claves del choque, la primera expulsión, a Koikili, por doble amonestación. Salir en superioridad numérica animó al Almería en la segunda mitad y al cumplirse el primer minuto Goitom remató fuera una buena oportunidad. Reaccionó, sin embargo, el Athletic, que pudo ampliar diferencias primero en una colada de Muniain por el carril del 10 que detuvo bien Diego Alves y, más tarde, en un tiro de lejos de Iraola que casi sorprende al meta brasileño.
Una segunda ocasión de Goitom, en esa oportunidad bien respondido por Iraizoz, y un remate alto en el primer palo de San José tras córner dieron paso a la segunda tarjeta roja para el Athletic, a Castillo por derribo a Goitom siendo el último defensor. Junama Lillo reaccionó rápido ante tamaña superioridad numérica e hizo un triple cambio dando entrada a la vez a Corona, Crusat y Piatti, para ira al abordaje del área local.
Y ya todo fue un percutir y percutir del Almería ante un Athletic entregado a la heroica y sostenido arriba por unos inconmensurables Llorente y Muniain, que no dejaron de robar segundos al crono hasta que el árbitro, el hoy muy discutido por la grada Velasco Carballo, pitó el final del choque.