Goles Valencia 1 - Zaragoza 1

El colista mandó sin muchos alardes y argumentos futbolísticos en Mestalla en el primer tiempo. Ya no tanto por el tempranero gol de Lanzaro a los dos minutos del arranque, sino por la acusada falta de intensidad y de criterio en el juego del Valencia.
Los blanquinegros, desdibujados, imprecisos, sin posibilidad de desarrollar su guión —ya aprendido por los rivales— de juego trenzado desde atrás y capacidad de sufrimiento, no supieron encontrarse ante un equipo, el maño, que se vio con un premio inesperado y con ocasiones originadas en el propio error valenciano.
La intensidad que suele pedir Emery a sus jugadores no se percibió entre los suyos y fue un autogol del propio Lanzaro el que permitió a los locales rebajar los silbidos de despedida del primer acto.Le sucedió a los valencianos algo similar a lo que vivieron en Ibrox Park ante el Glasgow Rangers. Maurice Edu adelantó al conjunto escocés y concedió el empate a los valencianistas al poco de finalizar el primer acto. De cabeza, además, como lo hizo el central del Zaragoza Lanzaro.
Impotencia y poco más
Unai Emery sabía que debía proponer algo diferente porque Mestalla comenzaba a rugir. Además, con razón. El preparador vasco fue transformando su 4-2-3-1 inicial al 4-4-2 con Aduriz y Soldado que le dio algo más de presencia en ataque. Y es que Aduriz pasó muchos minutos solo peleándose con los tres centrales que presentó José Aurelio Gay. Demasiada lana, para uno solo.
Para el preparador maño la cosa se pudo torcer con la incomprensible expulsión de Ander Herrera. Delgado Ferreiro convirtió una amarilla por una entrada a Mata en un roja directa. Ander, quizá el jugador con más talento del Zaragoza, sólo jugó 22 minutos y dejó 23 a los suyos con uno menos. Con todo, aguantaron.
El Zaragoza reforzó en la medular y apretó los dientes. El balón paso a una posesión clara del Valencia. Pero este control no tuvo excesivo orden. El peligro valenciano llegó en jugadas a balón parado o balones colgados para que Soldado y Aduriz intentaran rascar algo. Ahí, Toni Doblas estuvo bien. El partido entró en una fase final de ruptura en la que los visitantes también contaron con alguna ocasión. Se rompió el partido, pero ya no se movió el marcador con el que se fueron los jugadores al descanso.