Los de Manuel Pellegrini continuarán una jornada más como líderes gracias a su triunfo sobre el Sporting. Una victoria sin picante ni emoción, donde la presencia de Guti que salió tras el descanso volvió a ser clave para dar luz en la oscuridad y desatascar el embrollo en el medio del campo creado por la tripleta Granero-Lass-Van der Vaart.
Tanto fue así que el conjunto asturiano fue añadiendo opciones para engordar su credencial en la capital de España gracias a un tanto de David Barral a los pocos minutos del segundo acto. El ariete rojiblanco fusiló a Casillas, que erró de forma clara y no pudo evitar que el esférico entrase por su palo.
El Bernabéu no puso el grito en el cielo y esperó como de costumbre la reacción de sus pupilos, encabezados por un Cristiano Ronaldo voraz, con hambre de batir uno de esos récords que tanto le obsesionan. El portugués, no obstante, no logró estampar su firma en ninguno de los tres goles blancos.
El del empate lo consiguió Van der Vaart. Un jugador que aporta poco a este equipo, salvo a balón parado, y que aprovechó un rechace en una falta botada por Cristiano para igualar el tanteador. El holandés, ex del Hamburgo, contró con sus antebrazos ante la impotencia gijonesa.
Y acto seguido, Xabi Alonso llevó el segundo al fondo de las mallas. El tolosarra remachó con la cabeza, libre de marca, una asistencia también con la testa del '9' merengue, que cuajó un digno encuentro, pero se fue de vacío. Quién no lo hizo fue Higuaín, que se empeña, jornada tras jornada, en demostrar su valía.
El 'pipita' es, por derecho propio, un delantero con gol. Casi sin querer enganchó un balón al borde del área de castigo y colocó el tercero de forma milimétrica. Inmediatamente se abrazó a Cristiano. Una imagen necesaria para la casa blanca, que debe demostrar su unión y fortaleza para vencer al 'monstruo' culé.
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