Cristiano presenció el choque desde la grada por culpa de su esguince de tobillo y Kaká aguardó en el banquillo reposando su travesía a Brasil para jugar con la selección esta semana. Ante este panorama Raúl, el de siempre, se encargó de llevar las riendas de un equipo que sigue gris por la ausencia en el centro del campo de un jugador con magia, desparpajo y visión de juego.
Ése podría ser el intermitente Guti, que también permanece en la enfermería, por lo que el 'olvidado' Rafael van der Vaart tomó la responsabilidad en la medular sin mucho acierto. Granero sí que dio la talla escorado al costado derecho y fruto de su fútbol nació el primero de la tarde.
El 'pirata' metió el balón al corazón del área y el homenajeado Raúl, que hoy cumplió su partido 711 como jugador blanco --el que más en toda la historia del Real Madrid-- empujó de una manera extraña el balón, en un escorzo que supuso el 1-0 y la tranquilidad en la parroquia merengue, que encaró el partido de otra forma.
Raúl, el mismo de estos últimos 15 años, también logró el segundo del cuadro merengue haciendo buena la estadística que dice que al Valladolid es el equipo al que más goles marca. El '7' rubricó su recital con un disparo de media distancia al que no pudo llegar Jacobo, algo desacertado durante todo el encuentro.
Ahí surgió lo de siempre en Chamartín en este comienzo de campaña. Una falta de Nauzet Alemán, un soberbio golazo, significó el 2-1 y el balón parado volvía a traducirse en problemas para la zaga blanca, desarbolada por la actuación de un desconcentrado Sergio Ramos.
Estos problemas los olvida el Madrid emborrachándose de pegada y contundencia en ataque. Al borde del descanso, Marcelo se quitó un peso de encima y mandó un mensaje tras su partido ante el Sevilla. El brasileño firmó el tercero con su derecha merced a un disparo sensacional.
El 3-1 llegó en la plenitud del Valladolid, lo que mató a los jugadores de Mendilibar, que se iban al túnel de vestuarios con injusto castigo. Tras el descanso, los de Pucela sonrrojaron nuevamente a la defensa blanca con un tanto de Marquitos ganando la espalda con una enorme facilidad.
Al final, cuando se mascaba la tragedia para los madridistas apareció Higuaín, que firmó el gol de la jornada con una vaselina sobresaliente. El argentino, que llegó a la capital de España tras su partido en Uruguay, mandó un mensaje a Pellegrini y otro a Benzema. Un gol que cerró un partido con distinto guión, pero idéntico final.
0 comentarios:
Publicar un comentario