Así llegó el primer tanto de Negredo, tras una magnífica falta lanzada por Perotti, en el minuto 25, en el que el de Vallecas remató de cabeza a la perfección. Y apenas dos minutos después, más de lo mismo y con idénticos protagonistas. El argentino, desde la banda izquierda, lanzó un balón envenenado que tocó en el palo y Negredo, el más listo de la clase, se aprovechó del rebote para rematar, de nuevo de cabeza. Corría el minuto 27 y el Sevilla dejaba casi sentenciado el encuentro.
A continuación, el partido entró en un correcalles que a punto estuvo de costarle muy caro al conjunto de Manzano si no fuera por las buenas actuaciones de Varas, bien posicionado y con confianza ante la desesperación de los navarros. Calleja, en los minutos finales, remató sólo dentro del área pequeña y el de Pino Montano sacó in extremis el balón de la línea cuando los locales cantaban ya el tanto.
La segunda parte comenzó de la misma manera que acabó la primera, con el Osasuna metido en tromba en el área del Sevilla. Así, y cuando apenas se llevaban unos segundos, el equipo navarro acortó distancias y puso el 1-2 en el marcador, con una buena jugada por la izquierda de Camuñas que remató en el primer palo Kike Sola.
A partir de ahí se vivieron los peores momentos para el Sevilla, que veía como perdía por lesión a Fazio, y con un Osasuna, más motivado, que atacaba a la desesperada. Manzano abogó por darle entrada a Zokora por el argentino y unos minutos después a Capel por Alfaro, pero el sufrimiento siguió siendo una constante. Tanto, que en apenas tres minutos el Osasuna le dio la vuelta al marcador, con dos goles, el primero, de nuevo de Kike Sola, en el 86, y el siguiente de Lekic, en el 89, dejando en evidencia a un Sevilla.
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