Goles Sevilla 3 - Villarreal 0

Ambos entrenadores sorprendieron con sendas revoluciones en sus onces iniciales, puesto que Manzano cambió de sistema, para jugar con dos carrileros y tres centrales, en un equipo en el que destacaba sobremanera un Sergio Sánchez que volvía a la titularidad, tras un año de inactividad por su operación cardiaca. Tampoco se cortó Juan Carlos Garrido a la hora de innovar, con la introducción de Cicinho, Jefferson Montero y, sobre todo, Altidore en punta.
Lo cierto es que, como ya quedó claro en la ida, el partido prometía goles, y las previsiones se cumplieron pronto, porque en el minuto 6 un centro defectuoso de Dabo lo aprovechó, tras un rechace, Negredo para rematar a gol, aunque sería Renato el encargado de empujar el cuero, para situar el 1-0 en el luminoso. El tanto sevillista no era, sin embargo, más que la constatación de que el Villarreal estaba totalmente descolocado con el novedoso sistema de los blanquirrojos, porque el dominio local era absoluto.
De hecho, los amarillos tardaron casi media hora en aparecer, pero lo hicieron con enorme peligro, en una jugada en la que Gonzalo Rodríguez mandó al larguero un centro de Borja Valero. Esa acción supuso un paso adelante de los visitantes, con balones a la espalda de los centrales que inquietaban a la zaga blanquirroja, aunque Kanouté avisaba, con un cabezazo intencionado, que tampoco la defensa levantina se debía descuidar.
El encuentro se animaba, y Javi Varas se lucía ante Rossi, con Sergio Sánchez y Alexis como espectadores. Pero el Sevilla tenía dominada la situación, porque, entre otras cosas, el banquillo del Villarreal seguía sin moverse, pese la evidente necesidad de cambios. Y si la primera mitad se había iniciado con un gol tempranero de los hispalenses, la segunda lo hizo con otro todavía más rápido, en un saque de esquina medido de Romaric, que el infalible Kanouté envió de cabeza al fondo de la red.
Con el Villarreal noqueado el Sevilla decidió darle la puntilla definitivamente a la eliminatoria, y casi a renglón seguido otro córner, nacido de nuevo en las botas de Romaric, el hombre a quien esta competición ha redimido para el sevillismo, servía para que Alexis, que ya marcó en la ida, remachara desde atrás el 3-0.
Cuando ya era más que tarde, Garrido hizo un doble cambio, en favor de Marco Ruben y Bruno, para sacar del césped a Catalá y Altidore. Pero de nada sirvió e incluso Negredo falló incomprensiblemente el cuarto, cuando ya lo cantaba toda la grada. En fin, desde el tercer gol todo estaba decidido, y así lo entendieron unos y otros, que guardaron ya fuerzas para la próxima jornada liguera aunque el Villarreal se llevó no sólo la goleada, sino también la frustración de que, un año más, seguirá sin poder jugar una semifinal de Copa.