Goles Athletic de Bilbao 2 - Zaragoza 1

Susaeta fue el que abrió las primeras grietas por el flanco izquierdo de la defensa visitante antes de protagonizar las jugadas de los dos goles locales. La primera, un centro desde la banda izquierda en la que Iraola enganchó una espléndida volea desde la frontal tras despeje de la retaguardia blanquilla; la segunda, un preciosa jugada individual que terminó con un centro tan franco que Llorente lo podía haber rematado a ciegas.
Esas dos acciones no fueron sino una pequeña parte del castigo que el jugador salido de Lezama sometió a un rival que, aunque se dedicaba casi únicamente a defender, lo hacía desordenado y con muchas faltas. Así, fue acumulando tarjetas hasta que uno de sus jugadores, concretamente Pinter, acabó expulsado por doble amonestación. Fue en el minuto 52 y fue la puntilla a un equipo ya manifiestamente derrotado con los goles de Iraola y Llorente.
El primero llegó en el minuto 11 y el segundo en el 23, los dos como consecuencia del intenso dominio de su equipo, que se pudo haber marcado algún tanto más si Llorente, Toquero o el propio Susaeta hubiesen tenido más fortuna o acierto en buenos remates sobre la meta de Doblas. Llorente dispuso de varios cabezazos para ampliar su cuenta goleadora, que ya se cifra en 4 goles en lo que va de Liga, 7 jornadas.
Especialmente bonito fue uno en el minuto 6 de la reanudación, a centro, una vez más, de Susaeta, que también pudo haber marcado, en su caso con el pie, a un centro de Toquero desde la derecha, en el min.33. Con el partido ya resuelto, el joven Ibai Gómez, llegado este verano al Athletic procedente del Sestao River, protagonizo dos momentos que no olvidará nunca, uno muy agradable y el otro muy doloroso.
Primero, debutó con el equipo rojiblanco; y solo 3 minutos después, se lesionó con aparente gravedad, a la vista de la reacción de sus compañeros y su expresión al ser retirado en camilla del terreno de juego. En el tramo final del choque, el Athletic gozó de varias oportunidades para marcar, pero las ha perdido al no estar demasiado acertado ni en el último pase ni en el remate final. Si lo estuvo cuando el partido acababa Braulio, que se sacó una preciosa jugada de la chistera para deshacerse en el área de toda la defensa rival y superar a Iraizoz en un remate casi a placer.