Ya desde el pitido inicial, la atmósfera intimidatoria del Kleanthis Vikelidis asestó el primer golpe psicológico sobre la columna rojiblanca. Tal fue el efecto que los helenos embistieron con dureza sobre la meta de De Gea, que únicamente encontró en el uruguayo Godín un socio de garantías para repeler el peligro.Y es que el 'charrúa', nuevamente firme en la zaga capitalina, corrigió las numerosas pérdidas de una medular 'colchonera' muy imprecisa en la zona de creación, e incapaz de conectar con Forlán. De este modo, el monólogo griego desequilibró la balanza a su favor con el juego entre líneas de los españoles Keko y Javito, y con la pegada del guatemalteco Ruiz, el más incisivo de los locales.
Pese a todo, los pupilos de Héctor Cúper desaprovecharon todas sus balas pese a los continuos problemas del Atlético por abordar la posesión del balón, que no encontró su sitio con un Fran Mérida fuera de sitio al estar pegado a la línea de cal y con Raúl García sin la chispa de su debut liguero.
Al final, únicamente la inercia ganadora que viste a los madrileños les permitieron coger algo de aire al descanso, ya que, a la vuelta de los vestuarios, la entrada de Diego Costa y Reyes en ataque insufló mayor verticalidad y velocidad en los últimos metros. Aunque la sensación de frescura fue momentánea.
La misma, se diluyó en lo que tardó en peinar un pase largo Ruiz para que Javito, el estilete del Aris, voleara sin piedad hasta las redes. El tanto, noqueó a un Atlético algo cansado, diferente al mostrado en Liga, por lo que se fueron sucediendo las ocasiones del lado griego de la mano de un Keko voluntarioso.
Fue en este último tramo cuando el 'Supercampeón' europeo sacó la raza de los grandes clubes. Tanto Tiago como Diego Costa dispusieron de varias tentativas para forzar el empate, pero, finalmente, el fortín heleno demostró por qué continúa invicto, 12 victorias y 10 empates, en sus 22 partidos en competición continental.
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