El Arsenal tampoco se escondía y presionaba no muy atrás, tras el 2-2 de la ida. La fuerza de Diaby y Nasri en el centro del campo denotaba la intención de forzar rápidas contras que posibilitaran el milagro, más si cabe, después de comprobar los primeros dos destellos de Messi en el área de Almunia.
Pero una mayor intensidad del propio Diaby ante Milito, en el centro del campo, y una rápida combinación de Nasri con Walcott, sorprendieron a la zaga azulgrana y Bendtner abriría el marcador ante Valdés: paró la primera a 'bocajarro', pero no pudo hacer nada ante la segunda.
El tanto no descolocó, ni exalto al Barça. Ni siquiera fue necesario que Xavi ejerciera de timonel, porque Messi ya había dado señales de vida: tardaría cuatro minutos en noquear al Arsenal, con un 'zambombazo' entre dos defensas (Almunia ni lo vio), y 16 más para darle la vuelta a esta crónica y adelantar al Barça, con un recorte rapidísimo con toque sutil con la derecha.
La ovación parecía insufiente en el feudo culé y, no contento con ello, el argentino sentenciaría la fase a tres minutos del descanso con una vaselina preciosa ante Almunia.
Con la reanudación llegó la relajación de los de Guardiola y Bendtner y Nasri comenzaron a tener mayor presencia, aunque Valdés apenas tuvo trabajo serio.
Pedrito pudo cambiar la inercia con una vaselina en el minuto 70, pero la gloria goleadora esta noche sería para Messi, que cerraría la goleada con el cuarto batiendo por debajo de las piernas a Almunia (octavo tanto en Europa).
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