El Barça inauguró la cuenta con un gol de Escudé en propia meta, a los cuatro minutos del descanso. Era el peor comienzo posible para los hispalenses, que se descolocaron con los cambios ofrecidos por Manolo Jiménez. Ahí metió el Barcelona la directa y provocó los 'olés' del Camp Nou, complaciente con los suyos.
Apareció también Pedrito, quién se resiste a pasar al anonimato --aunque sea participando desde el banquillo--. El canario elevó el esférico por encima de Palop tras un magistral pase de Xavi y puso el 2-0. Quedaban 20 minutos y tocó la hora del mejor jugador del mundo, el argentino Leo Messi.
Tenía pendiente lograr su gol número 100 con la elástica culé y después de dejar pasar la oportunidad del Pizjuán entregó a los suyos el tercero y el cuarto, ambos de bonita factura. Esta fue la guinda al envite, la confirmación al estilo barcelonista y la cima de la pobreza sevillista, que ya acumula cuatro derrotas consecutivas en Liga.
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