Goles Almería 1 - Athletic de Bilbao 3

Fue en el minuto 5, Crusat recuperó un balón que había perdido Juanma Ortiz, lo condujo y lo mandó entre líneas para Pablo Piatti, éste se metió entre los centrales, encaró a Iraizoz y logró batirle. Al Almería se le abría el camino hacia el triunfo siempre que no aparecieran los miedos, que empezaron a materializarse pronto con un córner que lanzó Orbaiz y que remató Gurpegi fuera. Empezaban a avisar los de Caparrós ante un Almería que pudo aumentar la diferencia en el 20 como consecuencia de un balón de M'Bami que Piatti remató de tacón, pero no logró sorprender a Iraizoz.
El dominio almeriense comenzó a diluirse y el Athletic a ganar metros, a pisar el área y a dar sensación de ese peligro que atesora un equipo que está entre los de cabeza. Toquero pudo marcar tras valerse de una falta, en el 25, pero fue a balón parado, de la forma que el Athletic firma los goles, como Muniain puso las tablas. La acción nació en un córner botado por Orbaiz y cabeceado por Gurpegi que no atajó Alves y el rechace lo aprovechó el canterano para marcar.
El Almería trató de reaccionar, pero el sistema implantado por Caparrós supuso una muralla para los de Oltra, incapaces de encontrar la fórmula para volver a mandar en el partido, pero no supo usar su posesión. De salida, en el arranque, el Athletic buscó la remontada y la consiguió en su primer disparo en una recuperación de Orbaiz con pase a Llorente y éste profundizó para que Toquero, tras dribar a su marcador, la colocara en la meta de Diego Alves.
El partido ya estaba roto porque la ansiedad almeriense por buscar el triunfo se fue 'adueñando' del Almería, incapaz de hacer daño a un Athletic infranqueable que mató el partido en el 60. Fue un balón luchado en el centro del campo que cogió Orbaiz, casi ni la dejó botar, y enganchó un disparo que sorprendió a Diego Alves. Con media hora por delante, el Athletic esperó, el Almería buscó armas nuevas con Uche y Ortiz Bernal, pero no dio con la 'tecla' porque los disparos sólo sirvieron para alimentar una esperanza que se fue marchando con el paso de los minutos.