Poco pudo aguantar el conjunto asturiano tras la jugada que marcó el partido cuando solo se habían jugado veintisiete minutos. Luis Fabiano recogió el rechace de su propio disparo que repelió Cuéllar y fue derribado por el uruguayo Eguren, que cometió penalti y fue expulsado. El brasileño acertó desde los once metros y adelantó al Sevilla para delirio de una grada que, después de mucho tiempo, veía como su equipo controlaba plácidamente el partido.
Las ocasiones sevillistas se sucedían, tras un disparo al larguero del central argentino Federico Fazio, pero fue su compatriota Diego Perotti quien daba la puntilla al Sporting a los treinta y cinco minutos de juego. El argentino siguió muy atento la jugada que inició el croata Ivan Rakitic y aprovechó el rechace de la zaga asturiana para enganchar una volea que se coló junto al palo derecho de Cuéllar.
A partir de ahí y con un jugador menos, el Sporting sólo pudo tratar de evitar la goleada sevillista, aunque las jugadas a balón parado seguían siendo la tabla de salvación para los de Preciado, si bien un desacertado Sangoy no atinaba con la portería de Javi Varas. Tras el paso por los vestuarios, el Sporting salió pronto a por el gol que estrechara el marcador, pero su inferioridad numérica permitía al Sevilla llegar con facilidad al contragolpe.
Fue entonces cuando Rakitic filtró un pase entre los centrales asturianos para dejar a Negredo solo ante Cuéllar, lo que aprovechó el vallecano para anotar el tercero que sentenciaba el partido. Una losa demasiado pesada para el Sporting, que solo pudo acometer las acometidas del rival, aunque el Sevilla se conformó y no hizo sangre del conjunto asturiano.
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