Los de Esteban Vigo no perdonaron en su visita a los irundarras, que apuraban el último cartucho para quedarse en la Liga Adelante. Los alicantinos dependían de sí mismos y se jugaban la última plaza para subir y acompañar a la Real Sociedad y el Levante y lograron la última plaza de ascenso con un solvente partido.
Como se esperaba, Tote y Farinós volvieron conducir el juego de los visitantes que, a pesar de no realizar un gran partido, sí se mostraron más efectivos que su rival, que se jugaba no descender pero no pudo lograr el triunfo.
Una jugada personal de Tote, que llegó hasta la línea de fondo, fue culminada por Portillo, que volvió a marcar un gol vital por el ascenso. Las estiradas de los de Iñaki Alonso fueron inútiles y, como sucedió durante toda la temporada, pagaron cara la falta de puntería de sus delanteros.
Además, la fortuna no estuvo de su lado y, al comienzo de la segunda mitad, Iñaki Descarga remató en propia puerta un centro desde el lateral y batió a Jauregui. El tanto terminó con el nerviosismo de los alicantinos, que no sufrieron para culminar un ascenso que se les había resistido en las últimas temporadas.
En el Manuel Ruiz de Lopera se repitió la imagen del año pasado y el equipo volvió a ser despedidos con pitidos y gritos contra el dueño del club un año después. El conjunto de Víctor Fernández cumplió y se llevó el triunfo (4-0) ante el Levante pero no dependía de sí mismo y el resultado del Hércules le condenó a permanecer un año más en Segunda. Juande, Caffa, Jonathan Pereira y Odonkor culminaron la estéril goleada bética.
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